Al ofrecer una minúscula vía de escape-promoción- para músicos argentinos, ignoro cómo, pero la noticia corrió como la pólvora y recibí llamadas de un buen número de músicos EXCEPCIONALES que querían conocerme, entregarme su material por si me gustaba y quería promocionarles- sobrevalorándome sin ningún género de dudas- en un nuevo país al que no habían llegado aún.
Volví con la maleta llena de música, excelente, y con un sentimiento de frustración propia y ajena. Propia, ya que empecé a darme cuenta de que el mundo de la música estaba lleno de buitres que se manejaban sólo por el interés crematístico dejando de lado absolutamente el valor del músico. Si el artista X no era rentable o su promoción implicaba el mínimo riesgo, portazo.Muchas gracias por tu visita, pero no interesa.
Ajena, porque tenía que transmitir a artistas descomunales la consecuencia de los portazos que yo me había "comido" con la mayor de las diplomacias para evitarles una cierta humillación. O en muchos casos,callar y no dar explicaciones, quedando como un incompetente en el mejor de los casos o maleducado en el peor. O al revés. Lo mismo daba.
Con Daniel, el Alambre, estuve en La Biela, con Mauro también, casi una tarde. De todos los músicos que conocí, "Alambre" fue el que me causó una impresión más agradable. Resumiré: un tipo simpático, prudente, grandísimo conversador, con un sinfín de gustos en común y además, un músico extraordinario.
Le ví, no le conocía aún, en la última actuación de Pappo (a quien tampoco conocía) en el ND Ateneo ¿es así? de Buenos Aires. Un pedazo de guitarrista que, a pesar de estar en segundo plano, brillaba. Realmente aquella última formación de Pappo fue increíble. Posteriormente conocí a todos, uno a uno, y me volaron la cabeza, como dicen en Argentina.
"Alambre" es una joya de músico. Compone bien, toca mejor y canta de puta madre. ¿Se puede pedir más? Si hubiera tenido una promoción neocapitalista, puede que a Clapton se le escuchara menos que a Daniel.
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