domingo, 31 de agosto de 2014

Último discurso de Salvador Allende . 11/09/1973


Hace 41 años, el ejército, chileno esta vez, volvió a dar al mundo un ejemplo de lo que ocurre cuando se arma a un fascista, por mucho juramento de lealtad (al que, además, le ha dado empleo) que haya hecho.
Una vez más, el malvado Pinocheff (vean su cara en la fotografía que le sacaron al frente de las tropas golpistas y comprenderán lo de malvado) dedicó toda la maquinaria de guerra, los medios, la policía, y los lacayos, que eran muchos, a cumplir con las órdenes de Henry Kissinger-la mente perversa- y restablecer un estado "amigo" del país más reaccionario del globo. La traición costó muchas vidas. La de Salvador Allende la primera -un ejemplo para futuras generaciones- y las de muchos que sin ser votantes de Allende, fueron desaparecidos o exterminados por la inteligencia militar. Que en este caso ni era chilena. Era de ese país tan curioso que nunca declara guerras en su propio territorio desde el siglo XIX.

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